Hey amigos Mensreistas (sí, esas ratas que se niegan a abandonar el barco (?)), al contrario de lo que pueden pensar, no hemos abandonado el blog… simplemente durante nuestro proceso de maduración personal (?) hemos sido bombardeados con mucho trabajo y demasiados asuntos personales que no dan espera. Pero estaremos en sintonía con ustedes, nuestros lectores, cada vez que nos sea posible.
Después de mi introducción casi obligatoria, quisiera comenzar hoy con este post, mediocre, trayendo a colación un caso más de la vida real (se reserva la identidad de nuestra lectora por motivos de seguridad – no queremos hacer fila en la UPJ de Paloquemao por lesiones personales), pero igualmente patético a cualquiera de los anteriores y aprovechando esta ola de blogonovelas sin éxito al mejor estilo de RCN.
[Modo Lectora de Revista Tu: On]
Querida sobandera del amor Andreita y demás integrantes de la mesa de trabajo:
Hola... me veo en la grandísima pena necesidad de pedir su ayuda. Soy una joven mujer (?) de venti tantos años, salí de un colegio de monjas, trabajo desde la tierna edad de 18 añitos, soy la única mujer entre 2 hombres, me burlo de los demás sin mostrar arrepentimiento alguno, he tenido problemas con el trago y con otras sustancias psicoactivas, he sido declarada parrandera compulsiva y en ocasiones desarrollo personalidad lésbica bajo los efectos de alcohol… pero muy en el fondo, soy una persona de buen corazón (???) Este es mi caso...
Desde hace año y medio estoy en una relación sentimental seria con un tipo un año mayor que yo. Todo comenzó excelente, nos presentó un amigo en un bar (vio el voltaje que puedo llegar a ser con unos tragos en la cabeza), supo qué clase de gente me rodea, conoció mi familia, mis gaminadas, mi entorno y respetó eso por encima de todo.
Con el paso del tiempo las cosas se pusieron más serias y casualmente los amigos se empezaron a alejar, las rumbas ya no eran tan seguidas, la cantaleta en la casa tampoco, mi mejor amigo me puso ultimátum por mi falta de tiempo, ya no habían ojeras y tampoco llamadas perdidas a la madrugada en el celular... hasta las idas al estadio empezaron a verse complicadas. Ahí empezaron los problemas culos, las inseguridades, las mentiras, los reclamos, las charlas casi obligadas de matrimonio y lo peor de todo: Los Celos!
Siempre discutiendo por las mismas pendejadas, al final, hacíamos un pacto de no agresión pero lamentablemente a los 8 días se olvidaba y volvíamos a lo mismo. Comencé a darme cuenta de lo mucho que había cambiado por una persona que desde un principio me dijo, iba a respetar mis espacios y aceptar mi modo de vida.
Por cosas del destino, se atravesó en mi camino otra persona. Demasiado bajo perfil como para hacer dudar a mi novio, pero que desde el primer momento tuvo toda mi atención… Único defecto? Novia a bordo! Salimos a beber de vez en cuando con otros amigos, entre botellas de pola se cruzaban miradas fulminantes, se hacían comentarios de doble sentido implicando muchas cosas y a medida que el trago hacia de las suyas, fuimos perdiendo esa maldita pena que nos aqueja a la mayoría de los rolos. Con el tiempo, el nivel de las tomatas fue creciendo (ya no era pola, era guaro, tequila y amanecida) y fue cada vez mas inevitable parar la atracción que había entre nosotros.
En una de esas jugadas rudas de la vida, resultamos más involucrados de lo previsto y pasaron cosas que comprobaban que todo se nos salía de las manos. Los dos ya sabíamos a qué jugábamos pero desconocíamos totalmente hasta qué punto lo que empezábamos a hacer, dejaría de ser una sana diversión para convertirse en un “affaire” un toque peligroso que involucraba por derecha a nuestras respectivas parejas. Mientras tanto, por el lado de esta servidora, el “oficial” no daba señas de soluciones sino de problemas que solo empeoraron la situación e hicieron que pusiera en duda dicha relación.
Hace menos de 1 mes, hubo un encuentro pasadísimo de calidad, con suficiente tiempo para hacer de las nuestras y disfrutarlo, pero al final, con una aterrizada en seco a nuestras vidas normales con la cabeza hecha una mierda. Platicamos (?) de lo que estaba pasando y pues concluimos que lo inevitable había pasado, nos enredamos más de la cuenta y ya no había casi nada que hacer.
Desde aquí empezó mi dilema, donde tuve que pedir un Fuckin’ “Tiempo” (que traducido a palabras sabias es la “prolongación de un rompimiento”) porque no he tenido el peso en estas 34 B para acabar todo de raíz o dar lugar a una segunda oportunidad. La vaina es que a medida que van pasando las cosas, se hace cada vez más difícil mirar a los ojos a la persona que ha estado conmigo este año y medio sin tener en la cabeza cada momento vivido con el sujeto que despierta en mi los pensamientos mas libidinosos (?)
Ahora, somos unos hps por hacerle esto a personas que confían en nosotros? Como diablos saber si todo esto es para bien o para mal? La aventura y el riesgo por encima de la fidelidad? Puede uno envidearse con alguien por cuestiones meramente sexuales sin mezclar algún tipo de sentimiento? Estas vainas sí serán solo por placer?
Aquel sabio que pueda responderme estas preguntas sin ningún tipo de pudor, que me responda porque he caído, he pecado (?)
Con cariño y en espera de una pronta respuesta,
Alma confundida(*)
Sound track: Aquel viejo motel (?), Cuarto de hotel - Bonny Cepeda
(*) Nombre verdadero reservado para proteger su identidad y nuestra integridad física